La Revolución de la comida peruana en Tampa
El ceviche huele más Inca que nunca. La bandera rojiblanca muestra uno de los brotes más preciados de su tierra, los secretos de la cocina peruana, un sabor que compite con las mejores mesas del planeta.
Por: Juan José Posada
Dos historias, dos vidas de sangre andina que plantan sus tradiciones culinarias en la Bahía de Tampa. Una narración que tiene como protagonistas a unos hermanos que junto a su arte de la buena mesa, emprendieron un modelo de negocio próspero.
Y por otra parte el amor, el bendito sabor de la miel en vida que une almas hasta el punto de compartir los mismos proyectos, no solo los de vida, también de proyección familiar. Una pareja que tiene en el diseño de platos, una novedosa forma de presentar la mesa peruana.
El sabor del Pisco
Corría el año 2013 y en el mes de diciembre Cesar y Luis Villanueva, dos hermanos peruanos, se planteaban la necesidad de darle a conocer al mundo la calidad de su comida, acompañado de un fino olfato para los negocios.
“Decidimos montarnos en un sueño culinario y emprender un reto que hoy por hoy nos llena de orgullo y pasión”, narró Luis, el mayor de los hermanos Villanueva.
“Para esa época y después de dejar a un lado nuestros trabajos en restaurantes americanos, decidimos concentrarnos en nuestras ideas y comprar un local”, explicó Cesar Villanueva, el hermano menor.
La Bahía de Tampa veía así el comienzo de un sabor peculiarmente familiar y distinto de la mesa peruana, una nueva sensación al paladar de sus habitantes, donde las ganas y el entusiasmo hervían en medio de ollas, sartenes y especias.
Luis de 34 años y Cesar de 32, están en los Estados Unidos desde 2006, para entonces como la mayoría de inmigrantes les tocó rebuscársela, eso sí trabajando en lo que les gustaba, la cocina o restaurantes.
Siete años con sus días y sus noches, maceando, laburando, mascando el sueño de sus propios olores y sabores en su restaurante, llevando la batuta de “la mia cucina”, dirían los italianos.
“Para entonces decidimos invertir y adquirimos un local ubicado en el 7803 North Armenia Av, allí nació el restaurante ‘Chifa Gino’, muchos lo recuerdan”, aseguró Cesar.
Un lugar que para muchos de sus comensales fue el surgimiento de la buena reputación de estos maestros del arte culinario peruano.
Muchos dirán que por ser su madre ciudadana americana y pedirlos para que residieran en este país, las cosas van bien, pero la muestra de lo contrario o de que por lo menos cuesta trabajo, empeño, ganas y sacrificio, es el tiempo, 13 años pasaron para ver hoy por hoy el fruto del arado campo.
En ‘Chifa Gino’ fueron cinco años donde la clientela disfrutaba de su arroz chaufa, el ceviche, la jalea de mariscos y la parihuela entre otros afamados platos.
Media década donde la comida fusión peruana y china, se palpaba no solo en sus suculentos olores, sino también en su preciso y delicado sabor.
Pero como todo en la vida las cosas cambian, en este caso para bien. El local ‘Chifa Gino’ se quedó pequeño para el nacimiento de una idea de entregarle al público no solo la deliciosa comida, sino también espectáculos, grupos musicales en vivo e interacción con los comensales.
“Estas fueron las nuevas propuestas rodeadas de un ambiente familiar y de diversión. Fue así como nació ‘Pisco Restaurant and Bar’, hoy ubicado en el 7507 N Armenia Ave, cerca del antiguo local”, acotó Luis Villanueva, el hermano mayor y quien se encarga de manejar la cocina.
Un espacio más grande donde los comensales que han seguido a los hermanos nacidos en Lima, ya saben de la nueva idea, acompañar la buena sazón con un ambiente donde también pudieran divertirse.
Todo con base en la familia, el eje principal de la sociedad y de este restaurante. En Pisco se preocupan por el desarrollo social, por el bienestar de los suyos, 25 personas trabajan allí pudiendo sostener sus economías familiares.
“Así que la invitación, no solo es para los nacidos en el hermoso país Inca, también lo extendemos para todos los hermanos hispanos, porque los sabores y olores son para todos”, puntualizó Cesar Villanueva, cabeza financiera y publicitaria del lugar.
El 3 de febrero de 2018 se abrieron las puertas de este agradable restaurante y ya paso su primer año en este nuevo sitio, Pisco ratifica esta apuesta por el buen servicio, calidad en la comida y excelente atención al público.
“Las felicitaciones y agradecimientos son para nuestros clientes, por crecer de la mano con nosotros y por mantenernos como el mejor restaurante de comida fusión peruana en la Bahía de Tampa”, finalizó Luis Villanueva.
Norky’s la pollería con diseño
Carmen y Daniel Benítez, con el apellido del esposo para ambos, así de unidos, no solo en el amor sino también en los negocios.
En 1998 cada quien caminaba por su lado en la Bahía de Tampa, hasta que un buen día se conocieron, se enamoraron y se casaron. Daniel ciudadano americano le dio la estabilidad migratoria a Carmen y el hogar se complementó con sus dos hijos varones que hoy tienen 17 y 10 años respectivamente.
“Daniel tenía la idea de empezar con la pollería y ese fue el primer paso”, narró Carmen. Empezaron por lo básico, pero ahora la historia cuenta otra cosa.
“Ya son 21 años en el negocio y en este momento queremos mostrarle a nuestros comensales un diseño especial de platos, cosas propias, ideas que plasmamos en la mesa”, comentó Carmen.
Es así como los anticuchos, corazones de res a la parrilla con papa sancochada y maíz peruano, hacen parte de estas novedades culinarias.
“También tenemos un plato que lo llamamos salchi-lomo, algo diferente compuesto de papas fritas, lomo saltado, y hot dog”, contó Benítez.
Pero definitivamente lo que se lleva los aplausos en Norky’s, aparte de su delicioso pollo y demás platos, son los postres, recetas caseras y únicas en Tampa.
“Tenemos el choco flan, el choco pudin, el pudin flat y el pudin de lúcuma, una fruta única en Perú”, complementó la administradora de Norky’s
Sabores que hacen que este restaurante nunca cierre, abre los siete días de la semana para atender al público y donde los esposos Benítez tienen una esperanza cifrada.
“Un sueño familiar, que nuestros hijos continúen la tradición, queremos dejarles esto a ellos y que Tampa recuerde a Norky’s como una empresa familiar de tradición”, finalizó Carmen.
Es así como la revolución de la comida peruana está latente en la bahía de Tampa, sabores que se encumbran al igual que el Machu Picchu, la majestuosa ciudad inca que trae a estas tierras floridanas sus ancestrales secretos de cocina a través de sus orgullosos descendientes.
La comida peruana se convierte así en una tradición que se mantiene y que le ha dado a sus comensales en Tampa una idea del buen sabor de una de las cocinas más cotizadas del mundo, sino la mejor.
Por: Juan José Posada
Dos historias, dos vidas de sangre andina que plantan sus tradiciones culinarias en la Bahía de Tampa. Una narración que tiene como protagonistas a unos hermanos que junto a su arte de la buena mesa, emprendieron un modelo de negocio próspero.
Y por otra parte el amor, el bendito sabor de la miel en vida que une almas hasta el punto de compartir los mismos proyectos, no solo los de vida, también de proyección familiar. Una pareja que tiene en el diseño de platos, una novedosa forma de presentar la mesa peruana.
El sabor del Pisco
Corría el año 2013 y en el mes de diciembre Cesar y Luis Villanueva, dos hermanos peruanos, se planteaban la necesidad de darle a conocer al mundo la calidad de su comida, acompañado de un fino olfato para los negocios.
“Decidimos montarnos en un sueño culinario y emprender un reto que hoy por hoy nos llena de orgullo y pasión”, narró Luis, el mayor de los hermanos Villanueva.
“Para esa época y después de dejar a un lado nuestros trabajos en restaurantes americanos, decidimos concentrarnos en nuestras ideas y comprar un local”, explicó Cesar Villanueva, el hermano menor.
La Bahía de Tampa veía así el comienzo de un sabor peculiarmente familiar y distinto de la mesa peruana, una nueva sensación al paladar de sus habitantes, donde las ganas y el entusiasmo hervían en medio de ollas, sartenes y especias.
Luis de 34 años y Cesar de 32, están en los Estados Unidos desde 2006, para entonces como la mayoría de inmigrantes les tocó rebuscársela, eso sí trabajando en lo que les gustaba, la cocina o restaurantes.
Siete años con sus días y sus noches, maceando, laburando, mascando el sueño de sus propios olores y sabores en su restaurante, llevando la batuta de “la mia cucina”, dirían los italianos.
“Para entonces decidimos invertir y adquirimos un local ubicado en el 7803 North Armenia Av, allí nació el restaurante ‘Chifa Gino’, muchos lo recuerdan”, aseguró Cesar.
Un lugar que para muchos de sus comensales fue el surgimiento de la buena reputación de estos maestros del arte culinario peruano.
Muchos dirán que por ser su madre ciudadana americana y pedirlos para que residieran en este país, las cosas van bien, pero la muestra de lo contrario o de que por lo menos cuesta trabajo, empeño, ganas y sacrificio, es el tiempo, 13 años pasaron para ver hoy por hoy el fruto del arado campo.
En ‘Chifa Gino’ fueron cinco años donde la clientela disfrutaba de su arroz chaufa, el ceviche, la jalea de mariscos y la parihuela entre otros afamados platos.
Media década donde la comida fusión peruana y china, se palpaba no solo en sus suculentos olores, sino también en su preciso y delicado sabor.
Pero como todo en la vida las cosas cambian, en este caso para bien. El local ‘Chifa Gino’ se quedó pequeño para el nacimiento de una idea de entregarle al público no solo la deliciosa comida, sino también espectáculos, grupos musicales en vivo e interacción con los comensales.
“Estas fueron las nuevas propuestas rodeadas de un ambiente familiar y de diversión. Fue así como nació ‘Pisco Restaurant and Bar’, hoy ubicado en el 7507 N Armenia Ave, cerca del antiguo local”, acotó Luis Villanueva, el hermano mayor y quien se encarga de manejar la cocina.
Un espacio más grande donde los comensales que han seguido a los hermanos nacidos en Lima, ya saben de la nueva idea, acompañar la buena sazón con un ambiente donde también pudieran divertirse.
Todo con base en la familia, el eje principal de la sociedad y de este restaurante. En Pisco se preocupan por el desarrollo social, por el bienestar de los suyos, 25 personas trabajan allí pudiendo sostener sus economías familiares.
“Así que la invitación, no solo es para los nacidos en el hermoso país Inca, también lo extendemos para todos los hermanos hispanos, porque los sabores y olores son para todos”, puntualizó Cesar Villanueva, cabeza financiera y publicitaria del lugar.
El 3 de febrero de 2018 se abrieron las puertas de este agradable restaurante y ya paso su primer año en este nuevo sitio, Pisco ratifica esta apuesta por el buen servicio, calidad en la comida y excelente atención al público.
“Las felicitaciones y agradecimientos son para nuestros clientes, por crecer de la mano con nosotros y por mantenernos como el mejor restaurante de comida fusión peruana en la Bahía de Tampa”, finalizó Luis Villanueva.
Norky’s la pollería con diseño
Carmen y Daniel Benítez, con el apellido del esposo para ambos, así de unidos, no solo en el amor sino también en los negocios.
En 1998 cada quien caminaba por su lado en la Bahía de Tampa, hasta que un buen día se conocieron, se enamoraron y se casaron. Daniel ciudadano americano le dio la estabilidad migratoria a Carmen y el hogar se complementó con sus dos hijos varones que hoy tienen 17 y 10 años respectivamente.
“Daniel tenía la idea de empezar con la pollería y ese fue el primer paso”, narró Carmen. Empezaron por lo básico, pero ahora la historia cuenta otra cosa.
“Ya son 21 años en el negocio y en este momento queremos mostrarle a nuestros comensales un diseño especial de platos, cosas propias, ideas que plasmamos en la mesa”, comentó Carmen.
Es así como los anticuchos, corazones de res a la parrilla con papa sancochada y maíz peruano, hacen parte de estas novedades culinarias.
“También tenemos un plato que lo llamamos salchi-lomo, algo diferente compuesto de papas fritas, lomo saltado, y hot dog”, contó Benítez.
Pero definitivamente lo que se lleva los aplausos en Norky’s, aparte de su delicioso pollo y demás platos, son los postres, recetas caseras y únicas en Tampa.
“Tenemos el choco flan, el choco pudin, el pudin flat y el pudin de lúcuma, una fruta única en Perú”, complementó la administradora de Norky’s
Sabores que hacen que este restaurante nunca cierre, abre los siete días de la semana para atender al público y donde los esposos Benítez tienen una esperanza cifrada.
“Un sueño familiar, que nuestros hijos continúen la tradición, queremos dejarles esto a ellos y que Tampa recuerde a Norky’s como una empresa familiar de tradición”, finalizó Carmen.
Es así como la revolución de la comida peruana está latente en la bahía de Tampa, sabores que se encumbran al igual que el Machu Picchu, la majestuosa ciudad inca que trae a estas tierras floridanas sus ancestrales secretos de cocina a través de sus orgullosos descendientes.
La comida peruana se convierte así en una tradición que se mantiene y que le ha dado a sus comensales en Tampa una idea del buen sabor de una de las cocinas más cotizadas del mundo, sino la mejor.
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