Los soldados técnicos de Colombia
Soldados profesionales del Ejército Nacional, jóvenes que por 20 años han prestado sus servicios a la seguridad del país y algunos ya están aportas de regresar a la vida civil.
En pie para la jornada de preparación de alimentos. Se lavan las botas, las manos, y entran al salón.
“Ingresé a mi Ejército Nacional en el año noventa, como soldado regular. De ahí seguí la carrera militar y en el año 91, en junio del 91, como Soldado Profesional, o los más conocidos voluntarios, y ahí hice mi carrera hasta este año 2009”. Soldado Profesional, Ever Botache.
Ever al publicar esta nota ya está retirado como Soldado Profesional, con su pensión; y para él y sus compañeros la educación que ha recibido a lo largo de estos años ha sido la castrense, pero para esos días las cosas estaban cambiando.
“El Sena viene ofreciendo unas capacitaciones muy buenas, excelentes en términos para el personal de soldados, en la capacitación de emprendimiento a corto y largo plazo para una microempresa y el futuro de uno”, asegura Ever.
Así es, el Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena) y el Ministerio de Defensa, vienen adelantando desde hace cuatro años actividades conjuntas con el objetivo de elevar el nivel de conocimiento de los militares y policías colombianos, para formarlos en otras áreas, diferentes a las puramente castrenses y así contribuir con su cualificación personal y profesional.
La Base Militar de Tolemaida, en Melgar, Tolima, es un ejemplo de este progreso. Acá, cuando los soldados cumplen 16 años de servicio, el Ejército los forma como bachilleres; y en los años 19 y 20 adelantan un curso técnico con el Sena, un momento esperado por muchos y donde la vida toma otro rumbo para estos hombres.
John Jairo Barreto, Soldado Profesional: “La verdad todos los cursos que nos han dado aquí son buenos, pero lo que le queda a uno más facilidad de preparar son el yogur, la torta, el kumis, el manjar de leche, ariquipes y leche asada”.
El entusiasmo se nota, las ganas de aprender están a la orden del día y el deseo de hacer algo productivo cuando salgan a la vida civil, los lleva a estar atentos de todo lo que les dicen y enseñan.
“Hacer un producto como no lo han enseñado, por medio de un poco de artículos, leyes y estatutos tenemos que sacar un producto legal, sacarlo llevarlo a Invima que nos den aprobación para poder sacarlo al mercado”, continuó John Jairo.
Para el Soldado Barreto López, uno de los más entusiasmados con estas nuevas propuestas ofrecidas por el Sena, la idea de salir a la calle y saber que cuenta con herramientas intelectuales para defenderse, le da un brillo especial en sus ojos.
“Yo no diría positivo, diría buenísimos porque es algo bueno que el Ejército ha hecho por nosotros, los soldados profesionales. Pues para mí, nunca habíamos tenido una capacidad de algo, sino solamente lo que nos tocaba estar, en el monte trabajando”, finalizó John Jairo.
José Raúl Perilla es un Asesor del Sena Cundinamarca, y asegura que estos muchachos dicen que nunca en su vida les habían dado el tiempo, inclusive para ellos esto es valiosísimo, se dedican exclusivamente a la formación seis meses; prácticamente el Ejército lo que hace es desvincularlos de su vida laboral para que se dediquen solamente a estudiar.
“Se les está capacitando en procesamiento de alimentos, en este momento se está capacitando en procesamiento de lácteos, procesamiento de frutas y verduras, cereales y cárnicos, son las cuatro tecnologías que estamos desarrollando con ellos, a ellos se les empieza a enseñar desde las buenas prácticas de manufactura hasta la comercialización de sus productos”. Leonor Acosta, Instructora Sena-Agroalimentos.
“¡Listo! Después de mezclar los ingredientes de la torta, pasa al horno y después la partimos y a venderla”. Alerta entusiasmado el Soldado Barreto López.
Y es acá donde dos sentimientos se mezclan en los soldados profesionales, el sueño de tener su negocio para ofrecer los productos elaborados por ellos y el reto de vencer la falta de experiencia al momento de vender lo que hacen.
Y pensando sobre lo segundo, el Soldado John Jairo sale al Batallón de Tolemaida a ofrecerla, una de las estrategias de aprendizaje que desarrollan durante el curso del Sena: “…seguro la venderemos toda, veamos a ver cómo nos va”, y se va caminado John Jairo con la torta.
“A la orden la torta, a 800 pesitos nada más, esta deliciosa, bien rica, bien pueda pruébela: ¡Vea! Recójame la plata…”
Lácteos
Otro proceso que realizan los soldados profesionales es el yogur, un método de trabajo que también los lleva a su posterior comercialización, no sin antes entender cómo se debe elaborar en cada una de sus etapas productivas y cuales son sus cuidados sanitarios.
Leonor Acosta, Instructora Sena-Agroalimentos: “Primero ellos hacen la recepción de la materia prima que es hacerle el análisis de rutina a la leche, medirla, estandarizarla, ver que no este acida, que sea apta par el consumo y luego vamos a una pasteurización, luego que la pasteurizamos, le bajamos la temperatura para inocular, que es a 47 grados”.
Después se pasa a la incubación del yogur que se da, entre cuatro y seis horas, hasta que quede en su punto, se enfría y después se le agrega la mermelada de fruta para posteriormente se envasado.
Las capacitaciones en la Base militar de Tolemaida en Melgar también están enfocadas a la de técnicos profesionales en reparación de motos, son seis meses de enseñanza, de siete de la mañana a cinco de la tarde.
Para el Soldado Profesional Adrián Felipe García esto es algo nuevo en su vida, no tenía el mayor conocimiento, nunca había agarrado un tornillo en su mano y hoy en día está orgulloso por sus conocimientos: “me siento bastante complacido”.
Adolfo Fuentes, Instructor Motos Sena: “Acá prácticamente se hace una formación por competencias como lo hace el Sena, acá ellos aprenden a diagnosticar y a corregir fallas en las motocicletas en todos los sistemas de la motocicletas, no solo motor, si no suspensión, dirección, amortiguación y sistemas de transmisión”.
Es así como actualmente el Sena imparte formación técnica y tecnológica a tres mil suboficiales del Ejército Nacional y soldados en la base Militar de Tolemaida, un total de 25 mil miembros de la Fuerza Pública en todo el país.
Un esfuerzo que proyecta a estos hombres que ingresan a la vida civil, para un bienestar mucho mejor.
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