Encestando por la vida


Foto Cortesía Casa Editorial EL TIEMPO
Por cuestiones de la vida, a menudo suceden cosas que jamás podemos entender por más visuales que sean. Es el caso de Rodney Hawkins, un jugador de básquetbol nacido en la Isla de Providencia (San Andrés) y que en un accidente de tránsito perdió su pierna izquierda.
La amputación traumática que inicialmente se dio a la altura de la tibia y peroné, se atendió es la Isla de San Andrés, pero desafortunadamente por cuestiones de implementos quirúrgicos y de políticas de salud que no benefician a las ciudades pobres de nuestro país, a Rodney se le complicó la amputación, iniciándosele un proceso de grangena.

De inmediato fue trasladado a Bogotá, donde su amputación paso a ser de la altura de la pantorrilla, a más arriba de la rodilla.

Sus sueños de seguir encestando para el equipo Piratas de Bogotá con el cual quedó dos veces campeón en el torneo colombiano y de jugar por los colores de la Liga de Baloncesto de Bogotá - con la quedó campeón en los pasados Juegos Nacionales - se esfumaron.

En ese momento su futuro inmediato parecía perdido, pero sus ganas de seguir adelante no lo abandonaron y junto con él, el equipo de City Deportes del Canal City TV de Bogotá, iniciaron un campaña para reunir fondos y otorgarle a Rodney una prótesis con la cual pudiera continuar sus metas.

Fue así como a lo largo de dos meses y de la mano de la recuperación de Rodney, lo acompañamos a sus fisioterapias, hablamos con los cirujanos que lo atendieron, le mandamos mensajes de fuerza y amistad por medio de sus compañeros y los más importante, toda la población colombiana se estaba dando cuenta del enorme valor que tenia este hombre.

El partido de benficencia

Y llegó el momento, el pasado 9 de abril se organizó un partido de baloncesto entre la Selección Colombia y el equipo Piratas de Bogotá. 4.000 mil almas llenaron el Coliseo El Salitre, el mismo que vio a Rodney encestar jugadas espectaculares; esta vez él no estaba en las tablas, pero sus amigos, las cámaras de televisión y la gente estaban con él.

La gente vociferaba su nombre, salían lágrimas de sus ojos, los niños le pedían autógrafos, toda Colombia estaba con él. Fue uno de los mejores partidos de su vida según Rodney. Al final, todos unidos en un solo abrazo, le entregaron a Rodney lo que más quería, el apoyo.

De esta forma cumplimos, sacamos de la nada un caso que como muchos en Colombia se hubieran perdido si no se les pone el interés que se debe, esta bien que sea una gloria del deporte, pero ahora puede contar con una vida mucha más digna.

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